Siempre es bueno tener un par de zapatos de cuero en el armario para así contar con un calzado todo terreno.
El cuero es un material noble y resistente y por eso algo caro. Los zapatos y complementos de cuero pueden costar el doble que uno fabricado en un material sintético pero hay veces en las que vale la pena pagar la diferencia. Más en el caso de los zapatos pues éstos tendrán una larga vida a pesar de su uso frecuente.
El único inconveniente de los zapatos de cuero es que con el correr del tiempo pueden formarse ciertas arrugas en las zonas en donde el pie se flexiona al caminar. Esto sucede porque durante la fabricación el cuero es sometido a un proceso a través del cual se lo moldea y estira para así adaptarse a la horma pero con el uso y las flexiones el cuero se afloja en algunas partes.
Sin embargo, es posible recuperar el cuero de los zapatos con un proceso bastante simple que comienza al colocar los zapatos en la horma para que se estiren. De esta forma, el cuero permanecerá muy estirado.
Luego hay que cubrir los zapatos con un líquido diseñado para cuero que puedes comprar en tiendas de zapateros. Una vez realizado esto, hay que conectar la plancha y pasarla por la zona en donde adviertas arrugas. Siempre en forma suave y pareja.
La plancha te ayudará a aplastar el cuero y a uniformarlo eliminando las arrugas. Repite el proceso hasta que veas que las arrugas desaparecen o bien quedan al mínimo.
No olvides que los zapatos deben permanecer en las hormas durante al menos 24 horas más. Por último, retira las hormas y protege los zapatos de cuero con una capa de betún y una de líquido protector de cuero.
Un post genial, no sabía esta técnica. 🙂 Un saludo